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Foto del escritorNeoCan Company

PERROS DOMINANTES

Una de las causas más frecuentes de la desobediencia es que el perro no confíe en las órdenes ni en su coherencia. Esto pasa, p. ej., si no son claras, se repiten constantemente (sin que pase nada) o son contradictorias.


Los perros prestan mucha atención al lenguaje corporal. Si este no se corresponde con la orden, esta puede ser una razón de la desobediencia. Por ejemplo, si le dices túmbate, pero vas corriendo de un lado a otro sin parar, tu perro no entenderá por qué se tiene que echar tranquilo. Por eso, asegúrate de que tu perro pueda confiar en la exactitud de tus órdenes.


Tus órdenes deben ser siempre claras y siempre iguales.

Además, deben corresponderse con tu postura y darse en el momento adecuado. Al igual que los elogios y las reprimendas, los perros solo entienden las órdenes si están directamente relacionadas con actos. Regañar a un perro horas más tarde porque ha hecho pipí en la alfombra no sirve para nada. Tampoco sirve para nada explicarle de camino al supermercado que más tarde, cuando llegues, te tiene que esperar.



Mi perro es agresivo con los extraños.


Está demostrado que un perro no nace agresivo. Obviamente, hay razas, como el rottweiler, el pastor alemán, el dóberman o el pit bull, que tienen un instinto protector algo más marcado por naturaleza y un umbral de excitación más bajo que, p. ej., un golden retriever o un labrador.


Pero ningún perro ataca a otro perro o a una persona porque sí o porque le gusta demostrar su superioridad. La agresividad no es un problema de los perros alfa, sino de los que se sienten inseguros o incómodos.


Una de las causas más frecuentes de la agresividad ante los desconocidos es que el perro percibe tu inseguridad. Por eso, cree que debe defenderte y protegerte. Si te pones nervioso cuando te cruzas con una persona en el bosque y temes que tu perro empiece a ladrarle con agresividad en cuanto te acerques, tu perro lo notará y acabará mostrando este comportamiento. Los intentos de tranquilizarlo con buenas palabras o caricias no harán más que confirmar su conducta.


Muéstrale a tu perro que tienes la situación bajo control: tienes que convencer a tu perro de que no hay ningún motivo por el que tenga que defenderte o protegerte. Nunca le muestres miedo ni nerviosismo. Actúa con aplomo e intenta ignorar la agresividad del perro, si la situación lo permite. Nunca vayas hacia él y acarícialo y elógialo solo cuando haya conseguido quedarse tranquilo ante el desconocido.



Mi perro no deja que nadie se acerque a su comida.


Los perros son egoístas por naturaleza y se preocupan por su propio bienestar. Por tanto,defender recursos vitales, como la comida, no es consecuencia de la dominancia, sino del instinto de autoconservación innato.


La defensa de presas en manadas de lobos y perros salvajes es natural y un derecho de todos los miembros. En cambio, en la convivencia con personas, que el perro empiece a gruñir cuando su cuidador se acerca al comedero supone un problema.


Es importante que aprenda que no tiene por qué defender su comida ante su cuidador humano.

Una buena manera de conseguirlo es darle algo para comer de la mano, aparte del comedero (un hueso o una golosina). Así, el perro percibirá la presencia de la persona junto a su comida como algo positivo.



Mi perro siempre se está peleando con otros perros.


La agresividad contra otros perros puede tener muchas causas. Las dos más frecuentes son que el perro crea que tiene que defenderte del otro perro o que lo perciba como a un rival, ya sea en la lucha por su comida, su cama preferida o tu atención. Esto último nada tiene que ver con celos, sino simplemente con que el perro mira por su beneficio por naturaleza.


Tampoco se trata de hacerle daño al otro perro, sino de conseguir lo mejor para uno mismo. Si en un hogar conviven dos o más perros, estas peleítas por los recursos se producen de vez en cuando.


Como suele ser el caso, el problema no es la conducta de los perros, sino la de las personas.

Si viven varios perros en un hogar: como cuidador de varios perros, quieres tratarlos de la manera más justa posible. Nos duele ver cómo un perro siempre pesca la golosina o atraviesa la puerta primero mientras el otro debe ceder.


Queremos prohibir este comportamiento, pero, al hacerlo, no hacemos más que empeorar las cosas.


Los perros no se lo toman como algo personal cuando salen perdiendo. Establecen jerarquías en cada situación entre ellos y aceptan que su congénere sea el más dominante en muchas de ellas.


Si das preferencia al supuesto perro más débil dándole primero la golosina y riñendo al perro alfa por su egoísmo, perjudicarás la relación entre ellos. En lugar de buscar la paz, debes fomentar la confrontación. Aunque te resulte difícil, muéstrales que aceptas su jerarquía y que no hace falta demostrarla constantemente.



El adiestramiento correcto: con disciplina, pero no como dictador


Como ves, el comportamiento desobediente y travieso, la agresividad y la rivalidad no tienen nada que ver con la dominancia. En general, los perros simplemente no han aprendido nunca que su conducta es indeseada. Así pues, el problema es nuestro, como casi siempre.


Cuando un perro, en nuestra opinión, se comporta de manera dominante, en la mayoría de casos simplemente está mal adiestrado. Los perros se guían por las personas y, lógicamente, prueban qué comportamiento les vale la pena y cuál tiene consecuencias.


No lo hacen para asumir el papel de perro alfa, sino para encajar en la sociedad. Por eso, dejarles claro su papel de sumisos del hombre con métodos de adiestramiento alfa no suele servir para nada.


Es mucho más importante que te conviertas en un compañero de confianza para tu perro.

Demuéstrale que puede confiar en tu criterio y ofrécele una clara orientación en cada situación. Para mostrarle el camino correcto no debes actuar como un dictador, sino con autoconfianza.

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